Vivimos tiempos extraños. En los últimos años, Oregón ha sufrido incendios devastadores que han arrasado una parte importante de sus bosques. Estos incendios se propagaron a pueblos y ciudades, destruyendo barrios enteros. Miles de casas y automóviles resultaron dañados o destruidos. La escasez de contratistas y materiales ha retrasado la reconstrucción de las viviendas. Las compañías de seguros suelen tener poco personal, lo que dificulta su capacidad para gestionar las reclamaciones con eficacia. El costo de los materiales se disparó, lo que dificulta predecir la indemnización final. El estado de Oregón ha ampliado el plazo de pago de las aseguradoras debido a esta crisis.
Con tantos automóviles destruidos, la demanda de autos y camionetas nuevos y usados alcanzó niveles récord. La urgencia por contratar contratistas provocó que la necesidad de camionetas pickup disparara los precios y redujera la oferta. Las piezas para reparar vehículos usados son escasas y, a veces, tardan meses en pedirse y enviarse. Por primera vez en la historia del automóvil, los coches se revalorizan en lugar de depreciarse.
